Este poema “alfabético” es un canto de acción de gracias, en el que se refleja, además, una preocupación acentuadamente didáctica: el salmista recurre al estilo de los sabios (Prov. 2. 1; 3. 1), para enseñar a los fieles que la vida y la felicidad se encuentran en el temor del Señor y en la práctica del bien (vs. 12-23).
CANTO DE ACCIÓN DE GRACIAS
1 [bj] 1 Sam. 21. 11-16
Reconocimiento de la bondad de Dios [ 2 | 11 ]
2 [bti] Sal. 16. 7; Sal. 145. 1
3 [bpe] Jer. 9. 22ss
6 [bnp] Éx. 34. 29-35; 2 Cor. 3. 7-18 [bpe] Is. 60. 5; Is. 24. 23; Jer. 15. 9; Miq. 3. 7; Éx. 3. 6; Éx. 33. 8; Éx. 34. 29-33
8 [bj] Éx. 14. 19+ [blpd] Gn. 22. 11; Éx. 23. 20 [bc] Gn. 16. 7; Sal. 103. 20; Sal. 35 [bti] Sal. 91. 11
9 [bj] 🡕1 Ped. 2. 3; =Sal. 2. 12 [bti] Sal. 84. 13; Is. 30. 18
10 [bpe] Éx. 18. 6 [bti] Sal. 23. 1
11 [blpd] Sal. 107. 9; Lc. 1. 53 [bpe] 1 Sam. 2. 5; Deut. 31. 12. 19. 22; Deut. 30. 15; Prov. 1. 7; Ecli. 1. 14 [bj] *Sal. 3. 8; *Sal. 22. 22; *Jb. 4. 9-10; *Ez. 38. 13; *Zac. 11. 3
Exhortación a la práctica del bien [ 12 | 23 ]
12 [bj] Prov. 1. 8; Prov. 4. 1 [bnp] Deut. 31. 12 [blpd] Sal. 25. 12; Sal. 111. 10; Prov. 9. 10 [bc] 1 Ped. 3. 10-12 [bti] Ecli. 1. 11-20
13-17 [bj] 🡕1 Ped. 3. 10-12 [bpe] Sal. 25. 12; Ecli. 12. 13; Ecli. 13. 2; Deut. 30. 15. 19s
14 [bpe] Ecli. 5; Ecli. 19; Ecli. 20; Ecli. 23; Ecli. 27
15 [bj] =Sal. 37. 27; Mt. 5. 9 [bnp] Heb. 12. 14 [bpe] Prov. 3. 7; Prov. 13. 19; Prov. 16. 17; Jb. 1. 1
16-17 [bpe] Lev. 17. 10; Jer. 44. 11. 21; Sal. 109. 15 [bti] Sal. 33. 18
18 [bti] Sal. 145. 19
19 [bj] Sal. 51. 19; Mt. 11. 29-30 [bnp] Is. 61. 1
20 [bc] Sal. 18. 17-20; Sal. 34. 5; Sal. 91. 3-4; Ecli. 1. 13; 2 Cor. 1. 8-10; 2 Tim. 3. 10-12 [bpe] Prov. 24. 16
21 [bj] 🡕Jn. 19. 36 [blpd] Éx. 12. 46 [bpe] Is. 38. 13; Lam. 3. 4
23 [bpe] 2 Crón. 19. 10; Sal. 49. 8. 16
El título del Salmo alude al episodio narrado en 1 Sam. 21. 11-16, aunque el nombre del rey filisteo Aquís se sustituye por el de “Abimélec”.
Para describir más expresivamente la eficacia de la protección divina, el salmista apela a la antigua tradición israelita que habla de la presencia protectora del “Ángel del Señor” (Gn. 22. 11; Éx. 14. 19; 23. 20). Sobre el significado exacto de esa expresión, ver nota Gn. 16. 7
1. Gn. 22. 11:
11 Pero el Angel del Señor lo llamó desde el cielo: «¡Abraham, Abraham!». «Aquí estoy» , respondió él.2. Éx. 14. 19:
19 El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta colocarse detrás de ellos; y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás,3. 23. 20:
20 Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado.Ver 107. 9; Lc. 1. 53
1. 107. 9:
9 porque él sació a los que sufrían sed y colmó de bienes a los hambrientos.2. Lc. 1. 53:
53 Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.Ver 25. 12; 111. 10; Prov. 1. 7; 9. 10
1. 25. 12:
12 ¿Hay alguien que teme al Señor? Él le indicará el camino que debe elegir:2. 111. 10:
Res 10 El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría: Sin son prudentes los que lo practican. Tau ¡El Señor es digno de alabanza eternamente!3. Prov. 1. 7:
7 El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría, los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.4. 9. 10:
10 El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor, y la ciencia del Santo es la inteligencia.Ver 1 Ped. 3. 10-12
Ver Éx. 12. 46; Jn. 19. 36
1. Éx. 12. 46:
46 Todos la comerán en una misma casa. No saques fuera de la casa ningún pedazo de carne y no quiebres los huesos de la víctima.2. Jn. 19. 36:
36 Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ninguno de sus huesos.